¿Que es lo
que se debe corregir?
El Señor lo
dice muy claro: “Pero si tu adviertes al justo para que no peque”. La materia
de corrección es el pecado. Todos sabemos que el pecado es una ofensa a Dios.
Que puede ser en mayor o en menor grado, pero siempre ofende a Dios. Hay
pecados que nos alejan de la amistad con Dios, nos apartan de la vida de
Gracia, son los pecados graves o mortales.
Por lo tanto,
queda más que claro, que el motivo y/o materia de corrección es el pecado. Todo
aquello que pueda hacer que mi hermano se aleje de Dios, y eso requiere de mi
parte una atención especial. No como chusma queriendo ver cuando mi hermano cae
en pecado, sino con la solicitud del amor, que si Dios me permite ver algo que
no le agrada o que le ofende, no me lo hace ver para que me ria, me burle, se
lo eche en cara, sino que me lo permite para que yo “temple a mi hermano”
“cuide fraternalmente”.
No es motivo
ni materia de corrección los defectos de mis hermanos, o todo eso que a mi me
moleste, no puedo dirigirme a corregir simplemente porque algo no me gusta o me
molesta pero no ofende a Dios, solo me irrita a mi. Eso lo puedo charlar con mi
hermano para darle la oportunidad de que se exprese y me comente porqué hace
tal o cual cosa, pero tampoco para pedir cuentas del actuar, sino para tratar
de entender, comprender y aceptar al hermano como es.
Lo que tengo
que buscar incansablemente es cambiar el pecado en el hermano, pero no su
remera arrugada que en nada ofende a Dios.
Por ejemplo: Un hermano insiste y persiste en no participar de la Santa Misa
los días domingo, no cumpliendo así con la obligación de amor que todos tenemos
de santificar las fiestas y celebrar el día del Señor. Y nadie le dice nada,
nadie lo invita a dejar esa frialdad de pecado y llegar al calor del
sacramento, nadie se ocupa de acompañarlo incluso, porque tal vez no sabe, no entiende,
no le gusta ir solo, la familia no lo acompaña (infinidad de motivos), pero
todos por ahí andan murmurando que fulano no va a Misa. La corrección en este
caso es importante y urgente, no nos podemos callar, no podemos dejar que
nuestro hermano, esa alma que está a nuestro cuidado se siga perdiendo, es
nuestro deber hacerle ver que eso ofende a Dios y le hace daño a él mismo. Y no
hace falta hacerle una exhortación tipo reto, mostrandole el dedo índice: “mira
que si no vas a Misa tal cosa” “mira que si no vas a misa tal otra”. El amor es
ingenioso. Y una invitación de un hermano un domingo, otra invitación de otro
hermano otro domingo, enseñarle, compartirle las vivencias, tratar de que de a
poco se vaya dando cuenta de que está en un error ¡ESO ES CORREGIR!
La corrección
no es hacerle caer un montón de palabras sobre el alma del hermano y dejar que
se levante como pueda, la corrección es decirle al alma del hermano que Dios lo
ama y quiere que cada día sea mejor, y que eso que por ahora está haciendo no
lo glorifica.
Pero puede
suceder que algo grave como este ejemplo no se corrija, pero una pequeña
molestia se hace un motivo de corrección. Una molestia podría ser “me molesta
que ese hermano hable mucho”. En este caso se le puede decir también, como expresé
anteriormente para entender porque actúa así, pero no es pecado hablar mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario