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sábado, 17 de mayo de 2014

CORAZÓN FIRME EN EL SEÑOR

"EXHORTO A TODOS A QUE CON CORAZÓN FIRME PERMANEZCAN EN EL SEÑOR" (Hch.11, 23)

Seguir el camino de Cristo no es una tarea fácil, ni es una tarea para quienes son perezosos o faltos de perseverancia. Jesús mismo lo dijo con toda claridad: "el que me quiera seguir, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz de cada día y venga detrás de mi"

Tarea para personas audaces, valientes y con una pequeña o gran cuota de locura aventurera, para vivir el plan de Dios que es amoroso y lleno de propósitos.

Así lo vivieron los discípulos, así lo experimentaron los apóstoles, asi lo seguimos viviendo todos y cada uno de los que decidimos seguir estas huellas santas del Mesías Salvador.
Y en esta experiencia, más de una vez, se debieron haber alentado con estas palabras: ¡Ánimo! ¡Adelante! ¡Permanezcamos! ¡Seamos firmes! Alentando la fe y el caminar de todos, y en especial de aquellos, que por uno u otro motivo sentían la necesidad de abandonar el camino.

Y así mismo, hoy, la Iglesia de hoy, vos y yo, nos vamos alentando de la misma manera, dándonos fuerzas para seguir, haciéndonos ver las promesas de Dios, el amor de Dios, lo que Dios quiere para cada uno, y que solo con firmeza de corazón lo lograremos.

¿Qué es ser firmes de corazón? Tener firmeza en el corazón es el ejercicio de las virtudes Teologales: FE, ESPERANZA Y CARIDAD. Virtudes que viven en nuestro interior desde el día del Santo Bautismo precisamente para darnos firmeza de corazón, para que nuestro corazón CREA en Dios, ESPERE en Dios y AME a Dios. Esto es mantener un corazón firme.

Creer en Dios, creerle a Dios, mantener la firme adhesión a su plan de amor, tener la certeza, aunque no veamos nada, de que Dios es fiel. Dios lo que dice lo hace, Dios lo que promete lo cumple, Dios no se desdice ni se contradice. Dios es verdad y es verdadero. Dios es Dios y eso basta para que nosotros, sus seguidores, tengamos una fe cierta y apegada a su santa voluntad. No tenemos motivos para dudar de Dios. Pero tenemos muchos motivos para dudar de nosotros mismos y eso es lo que hace que la fe nos falle. Porque muchas veces ponemos la fe en nosotros, en las capacidades, en lo que podemos hacer, en nuestras fuerzas, en nuestra inteligencia y nos olvidamos que todo eso bueno que tenemos y nos acompaña viene de Dios, y que todo debería orientarse a Él.
Un corazón firme es aquel corazón que cree y le cree a Dios, que mantiene su firmeza en el Dios que le da la vida, en los propósitos y promesas de Dios. Aquel corazón que no busca su propio interés sino que deja reinar a Dios, que tiene a Dios como centro y fundamento de su vida.

Esperar en Dios es disponernos de tal forma que tomemos conciencia de que todo nos viene por Gracia, nada en nuestra vida es un merecimiento, nadie es digno de nada, pero el amor de Dios nos hace meritorios y nos hace dignos. Cuando nos damos cuenta de que todo viene de Dios entonces la esperanza se ubica en el lugar que le corresponde como virtud, empieza a esperar en Dios, deja de lado todas las esperanzas mundanas: dinero, éxito, gloria, reconocimiento, etc.
Un corazón firme en el Señor es aquel corazón que espera solo en Dios, que pone su confianza solo en Dios y que desde Dios es capaz de brindar y de brindarse a los demás con todo lo que reconoce no le pertenece, un corazón firme es el que actúa con desprendimiento y solo busca la gloria de Dios.
Es la firmeza de quien hace las cosas por Dios y para Dios esperando la única recompensa: Agradar a Dios. Es aquel que no busca aplausos ni gratitudes, que no espera reconocimientos mundanos, sino que deja el espacio para que todos vean que es Dios actuando en el y a través de el.

Amar a Dios es darse por completo, entregarse al Amor y dejar que ese amor lo inunde y haga en su vida su maravilloso plan. Firmeza de corazón en el amor es no andar buscando amores mundanos, ni andar mendigando amor, sino más bien brindar el Amor que lo invade, amar a todos, amar a la medida de Dios. Tener la capacidad de darse de tal manera que los demás se sientan verdaderamente amados, pero no amados por un ser humano, sino que puedan reconocer a través de ese ser humano, el amor de Dios.

Por eso, entonces, la exhortación de permanecer con firmeza de corazón en el Señor no es tan simple, es tener claro que DIOS ES DIOS y así la vida debe transcurrir, adherida a Dios en todos los sentidos, áreas y aspectos. Renunciar a nosotros mismos para que se vea la obra de Dios.
Hay muchas tentaciones que nos rodean y esa firmeza muchas veces vacila, por eso, debemos ayudarnos unos a otros, recordándonos que el corazón solo debe reposar en Dios y que más allá de todo lo bueno o bonito que se nos presente, si no viene de Dios, no tiene sentido.

Animémonos a permanecer en Dios con el corazón firme y eso  nos dará la felicidad ahora y la felicidad eterna junto a al Señor de los señores. Amén


2 comentarios:

  1. hola, visitando su blog, bendiciones y saludos
    mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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  2. Bendiciones en abundancia para tí Noemi!!

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