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lunes, 14 de abril de 2014

OFRENDA AUTÉNTICA Y COSTOSA

Lunes Santo, la liturgia nos presenta el compartir de Jesús con sus amigos: Marta, Lázaro y María. En ese momento de intimidad, María, derrama en los pies de Jesús un perfume de Nardo, y a mi, particularmente me llegaron estas palabras que dice el evangelio para definir el perfume: "AUTÉNTICO y COSTOSO".
Y mi meditación para este día, y que quiero compartir con todos ustedes, es la magnitud de la ofrenda a los pies de Jesús. Ofrenda que también debe ser la nuestra y con esas mismas características.

Una ofrenda AUTÉNTICA, una ofrenda de corazón, verdadera, incondicional. Una ofrenda de amor, de tiempo, de vida. Una ofrenda sin dobleces, una ofrenda sincera, como es y tal cual es. A Dios no podemos regatearle lo que le corresponde ni debemos robarle su gloria. Como hijos tenemos la oportunidad de alabarlo y reconocer lo que EL ES y así, en ese reconocimiento, hacer nuestra ofrenda. No es el dinero lo que mueve el corazón de Dios, aunque también el dinero le está sometido por eso Dios recibe nuestros diezmos; pero más que eso Dios espera un corazón abierto, dispuesto, entregado, AUTÉNTICO. Con la autenticidad con la que fuimos creado, con a autenticidad de la imagen y semejanza del Creador, puro y rendido a los pies de Jesús. De esa manera, esta ofrenda inundará de el aroma de Cristo toda la habitación, es decir, todo lo que somos, todo donde nos movemos, todo lo que compartimos, todo lo que transmitimos. Si nuestra ofrenda a los pies de Cristo es AUTENTICA todo se inunda de ese olor precioso de donación.

Y ofrenda COSTOSA, el Señor no merece algo así no más, algo que le doy porque no me queda otra opción, sino que lo que Dios merece es TODO y al decir todo es la vida, la existencia, lo que somos, lo que tenemos, lo que nos falta, los defectos... TODO. Lo que nos cuesta, lo que no queremos entregar, lo que le reclamamos al Señor, lo que pensamos que es nuestro, los dones, TODO. Si la ofrenda no cuesta es porque estamos dando sobras y Dios no merece sobras sino PRIMICIAS.

Que esta semana Santa no pase como una semana más, sino que sea el comienzo de todas nuestras semanas de ahora en adelante, marcando que nuestra FE está basada en un DIOS que no cambia y que se merece TODO. Y para que de muchos frutos sigamos el consejo de Santa Teresa: "No os pido ahora que penséis en Él ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis.” Amén.

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