La
vigilancia se trata de estar atentos para que nada ni nadie
perturbe el crecimiento de nuestro espíritu, de tal manera y como si
fuéramos soldados. Batallar con lo que sea para defender lo que
hay dentro nuestro.
Y
lo que hay dentro nuestro no es cualquier cosa, no estamos hablando
de los órganos y todo lo que compone nuestro cuerpo, sino que
hablamos del espíritu, del alma, del lugar donde habita Dios. El
lugar donde habita Dios, donde nos colma de su Gracia, de su
presencia. Y eso es lo importante, eso vale mucho más que el cuerpo.
Es mucho más valiosa la Gracia de Dios que el cuerpo mismo, y el
cuerpo toma un precio altísimo por el mismo hecho de ser depositario
del lugar donde habita Dios. Así como nos dice San Pablo: “¿Acaso
no saben que son Templos vivos? (1Cor.3,16)
Esto
es lo que hay que cuidar, por esto debemos estar vigilantes, atentos,
espectantes, para que nada interrumpa esa Vida que vive dentro
nuestro.
Una
buena forma de vigilar es, en primer lugar, tomar conciencia de que
somos habitados por Dios. Pensar, razonar, convencernos a nosotros
mismos que llevamos un tesoro en una vasija de barro (2Cor. 4, 7)
Obviamente,
nosotros somos el barro frágil, barro que en cualquier tropezón
puede romperse, barro que se puede ir debilitando y hasta
desapareciendo, barro, solo eso; pero dentro nuestro está el
precioso tesoro, está la Vida de Dios, más bien dicho, está DIOS
mismo viviendo y dejándose contener por el simple barro.
¿Por
qué Dios se deja contener por el simple barro? Dios hace semejante
cosa porque EL nos dió la vida, porque EL sabe que el ser humano es
lo mejor de la creación, es la flor de la creación, es su obra
culmen. Dios precisamente ha dotado al ser humano de alma, de
voluntad e inteligencia, lo ha creado a su imagen y semejanza, por
eso Dios se anima a dejarse contener, más aún, quiere vivir en el
interior del ser humano, quiere estar, quiere permanecer y por eso
nos invita a estar vigilantes, a cuidar esa presencia, a no dejarnos
llevar por las cosas del mundo, a que no permitamos las grietas en la
vasija de barro. Dios quiere vivir en nosotros por eso lo hace,
porque es una decisión divina.
¿Por
qué Dios nos carga con semejante responsabilidad? Dios no nos carga
con nada, Dios comparte su amor con nosotros y nos cuida, no solo
desde afuera, sino que desde adentro también lo hace. Y querer estar
en el interior de sus hijos no es una carga, más bien es una
tremenda demostración de amor de nuestro Papá, que bien podría
dejarnos solitos por el mundo y echarnos un vistazo de vez en
cuando, pero más bien quiere estar cerca, demasiado cerca, lo más
cerca posible para acompañarnos y que nos demos cuenta de qué
grande es su amor.
La
responsabilidad de cuidar la Vida de Dios en nosotros es una
responsabilidad de amor, se supone que alguien que recibe un regalo
tremendo, un regalo que realmente marca una diferencia entre muchos
regalos, siente la responsabilidad de cuidarlo, siente la necesidad
de mostrarle de alguna manera a quien se lo regaló que está más
que agradecido, que ese regalo es importante en su vida, que ese
regalo todos los dias y a cada momento le habla de el. Así mismo
debe suceder con el regalo de la Vida de Dios en nosotros, al tomar
conciencia de semejante regalo no podemos más que estar agradecidos
y hacer lo posible y hasta lo imposible por mantenerlo intacto.
Entonces
vigilar es simplemente estar agradecidos por ser habitados por Dios,
tan agradecidos que estamos atentos a no tropezar para que el barro
no se rompa y el tesoro no se desparrame, es decir, vigilamos para
que esa presencia de Dios siga estando siempre en nuestro interior.
Vigilar es cuidar.
Al
decir vigilar, cuidar, estar atentos, decimos nos proponemos a
cambiar, a no seguir igual en nuestra forma de ser, en proporcionarle
al Señor un lugar digno donde pueda estar feliz habitando. Dejamos
atrás el pecado y rechazamos todo lo que pueda afectar esa
presencia, todo lo que a Dios no le agrada. Por eso la oración nos
ayuda a la vigilancia, porque es el mismo Dios quien nos va diciendo
lo que es mejor para el crecimiento espiritual de cada uno y lo que
debemos ir dejando de lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario