Buscar este blog

jueves, 23 de enero de 2014

VIGILANCIA CRISTIANA

La vigilancia se trata de estar atentos para que nada ni nadie perturbe el crecimiento de nuestro espíritu, de tal manera y como si fuéramos soldados. Batallar con lo que sea para defender lo que hay dentro nuestro.

Y lo que hay dentro nuestro no es cualquier cosa, no estamos hablando de los órganos y todo lo que compone nuestro cuerpo, sino que hablamos del espíritu, del alma, del lugar donde habita Dios. El lugar donde habita Dios, donde nos colma de su Gracia, de su presencia. Y eso es lo importante, eso vale mucho más que el cuerpo. Es mucho más valiosa la Gracia de Dios que el cuerpo mismo, y el cuerpo toma un precio altísimo por el mismo hecho de ser depositario del lugar donde habita Dios. Así como nos dice San Pablo: “¿Acaso no saben que son Templos vivos? (1Cor.3,16)
Esto es lo que hay que cuidar, por esto debemos estar vigilantes, atentos, espectantes, para que nada interrumpa esa Vida que vive dentro nuestro.

Una buena forma de vigilar es, en primer lugar, tomar conciencia de que somos habitados por Dios. Pensar, razonar, convencernos a nosotros mismos que llevamos un tesoro en una vasija de barro (2Cor. 4, 7)
Obviamente, nosotros somos el barro frágil, barro que en cualquier tropezón puede romperse, barro que se puede ir debilitando y hasta desapareciendo, barro, solo eso; pero dentro nuestro está el precioso tesoro, está la Vida de Dios, más bien dicho, está DIOS mismo viviendo y dejándose contener por el simple barro.

¿Por qué Dios se deja contener por el simple barro? Dios hace semejante cosa porque EL nos dió la vida, porque EL sabe que el ser humano es lo mejor de la creación, es la flor de la creación, es su obra culmen. Dios precisamente ha dotado al ser humano de alma, de voluntad e inteligencia, lo ha creado a su imagen y semejanza, por eso Dios se anima a dejarse contener, más aún, quiere vivir en el interior del ser humano, quiere estar, quiere permanecer y por eso nos invita a estar vigilantes, a cuidar esa presencia, a no dejarnos llevar por las cosas del mundo, a que no permitamos las grietas en la vasija de barro. Dios quiere vivir en nosotros por eso lo hace, porque es una decisión divina.

¿Por qué Dios nos carga con semejante responsabilidad? Dios no nos carga con nada, Dios comparte su amor con nosotros y nos cuida, no solo desde afuera, sino que desde adentro también lo hace. Y querer estar en el interior de sus hijos no es una carga, más bien es una tremenda demostración de amor de nuestro Papá, que bien podría dejarnos solitos por el mundo y echarnos un vistazo de vez en cuando, pero más bien quiere estar cerca, demasiado cerca, lo más cerca posible para acompañarnos y que nos demos cuenta de qué grande es su amor.

La responsabilidad de cuidar la Vida de Dios en nosotros es una responsabilidad de amor, se supone que alguien que recibe un regalo tremendo, un regalo que realmente marca una diferencia entre muchos regalos, siente la responsabilidad de cuidarlo, siente la necesidad de mostrarle de alguna manera a quien se lo regaló que está más que agradecido, que ese regalo es importante en su vida, que ese regalo todos los dias y a cada momento le habla de el. Así mismo debe suceder con el regalo de la Vida de Dios en nosotros, al tomar conciencia de semejante regalo no podemos más que estar agradecidos y hacer lo posible y hasta lo imposible por mantenerlo intacto.

Entonces vigilar es simplemente estar agradecidos por ser habitados por Dios, tan agradecidos que estamos atentos a no tropezar para que el barro no se rompa y el tesoro no se desparrame, es decir, vigilamos para que esa presencia de Dios siga estando siempre en nuestro interior. Vigilar es cuidar.


Al decir vigilar, cuidar, estar atentos, decimos nos proponemos a cambiar, a no seguir igual en nuestra forma de ser, en proporcionarle al Señor un lugar digno donde pueda estar feliz habitando. Dejamos atrás el pecado y rechazamos todo lo que pueda afectar esa presencia, todo lo que a Dios no le agrada. Por eso la oración nos ayuda a la vigilancia, porque es el mismo Dios quien nos va diciendo lo que es mejor para el crecimiento espiritual de cada uno y lo que debemos ir dejando de lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario