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miércoles, 29 de enero de 2014

¡MADRE DEL BUEN CONSEJO!

"Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús; y también Jesús fue invitado, con sus discípulos, a la boda. Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Y Jesús le dijo:Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí en esto? Todavía no ha llegado mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que El os diga. 
Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos; en cada una cabían dos o tres cántarosJesús les dijo: Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: Sacad ahora un poco y llevadlo al maestresalase lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, y como no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llamó al novio, y le dijo: Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastanteentonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno. Este es el principio de las señales y lo hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en El. (Jn.2, 1-11)

Siempre leemos este pasaje del Evangelio tan importante y significativo en la vida de Jesús, Dios con nosotros, el Emmanuel. Es el pasaje del principio, no de su vida pública, sino de su obrar con poder como Dios. Es el pasaje del primer milagro de Jesús.
Y, aunque podemos leer que ÉL mismo dijo: "mi hora no ha llegado aún, que tiene que ver esto que sucede conmigo", hay alguien que lo lleva a obrar... SU MADRE.

Así como la venida de Jesús al mundo está ligado al ¡SI! de su Madre, tan ligado que una negativa de parte de ella hubiera cambiado el plan de salvación, ya que ella tenia libertad y voluntad para decir ¡SI! tanto como para decir ¡NO! Sin embargo, con su respuesta afirmativa y con su docilidad a la voluntad de Dios nos benefició a todos haciendo posible que a través de ella pasara la GRACIA por excelencia, que es el mismo DIOS, que tomó de su carne la naturaleza humana, que aprendió de ella todo lo que como hombre necesitó aprender, y que recibió de su Madre todo lo que un niño, adolescente, joven recibe de un amor maternal. 
Así entonces, de ligado también está el obrar de Dios en su principio. No porque Dios se someta a la criatura, sino porque Dios amó a su madre hasta el punto de mostrarle obediencia en la manifestación de su gloria.

Es como si viéramos a María ejerciendo su ser Mamá, es como si cerrara sus oídos a la respuesta de su Hijo que le decía que todavía no, que su hora no era esa, sin embargo la Madre sigue confiando y esperando en su Hijo y sabe que su Hijo no se va a negar y mucho menos la dejará como una metida sin darle una solución. Su Hijo va a responder, y en esta confianza de María podemos ver que no es por ejercicio de autoridad que le arranca el primer milagro a Jesús, más bien, es por ejercicio de fe que lo consigue.

Miremos a la Madre y veamos lo detallista que es, está en una fiesta y se da cuenta de que no tienen vino; el vino en una fiesta y el vino en sentido espiritual, no es el generador de borrachera y desorden, sino que es el motivador de alegría, es el acompañamiento y el compartir. Así en nuestra vida, el vino es como la fe, la esperanza, la caridad. Es como las virtudes que nos mantienen alegres y unidos en comunión con Dios y con los demás. El vino es la vida interior motivada por la Gracia de Dios, es lo que no nos puede faltar, es lo que le da vida al alma, por ende, a todo nuestro ser. En la vida espiritual la atención en ese "vino" depende de nosotros, pero tenemos a la MADRE que siempre está atenta, y que cuando nos ve un poco decaídos o que se nos está acabando el vino se acerca a su HIJO y nos presenta de manera especial.

Pero miremos también el actuar de la MADRE en el ejercicio de su fe con respecto a este milagro, ella habla con su HIJO, y luego habla con los demás y dice esta frase: "HAGAN TODO LO QUE EL LES DIGA". Y este es el detalle de amor de una Madre que confía en el Hijo y que sabe que responderá, y es el canal de las Gracias que Dios ha de darnos cuando nosotros obedezcamos su consejo: hacer todo lo que Jesús diga.

¿Queremos milagros? OBEDEZCAMOS A DIOS. Seamos obedientes. la voluntad de Dios la conocemos, el vino de nuestra vida interior puede ser del mejor, el vino bueno, el vino rebosante, siempre y cuando vivamos conforme a esas Palabras pronunciadas sobre nosotros, es decir, todo lo que nos enseñó Jesús. No hay que tener dones extraordinarios para poder disfrutar de los milagros de Dios, simplemente haciendo lo que EL dice obtendremos más de uno, incluso, y como podemos ver en este pasaje, por intercesión de María, adelantando los tiempos en nuestro favor. Jesús dijo que no era su hora todavía, María dijo lo que debemos hacer, y el agua fue convertida en el mejor de los vinos y no solo eso, sus discípulos creyeron por la manifestación de su gloria.

Honremos a nuestra Madre del Buen consejo siendo obedientes a Dios, seamos como ella que a cada acontecimiento de su vida en comunión con Dios supo mantener su respuesta: "hágase en mi según tu palabra". Amén

MADRE DEL BUEN CONSEJO, RUEGA POR NOSOTROS

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