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jueves, 24 de octubre de 2013

INTERCESIÓN EN COMUNIDAD


"Y Moisés dijo a Josué: “Escógenos hombres, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre de la colina con la vara de Dios en mi mano.” Josué hizo como Moisés le dijo, y peleó contra Amalec. Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina.
Y sucedía que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec. Pero las manos de Moisés se le cansaban. Entonces tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y se sentó en ella. Y Aarón y Hur le sostenían las manos, uno de un lado y otro del otro. Así estuvieron sus manos firmes hasta que se puso el sol. Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
Entonces dijo el Señor a Moisés: “Escribe esto en un libro para que sirva de memorial, y haz saber a Josué que Yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo.” Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre El Señor es mi Estandarte, y dijo: “El Señor lo ha jurado. El Señor hará guerra contra Amalec de generación en generación.” (Ex.17, 9-16)

Esta Palabra es muy iluminadora e inspiradora para quienes nos detenemos a fijarnos cómo mejorar nuestra vida de cara a Dios y como hacer más fecunda nuestra oración, y en especial, como servir mejor a nuestros hermanos a través de la intercesión.

El planteo en el pueblo de Israel era el ataque inminente de los amalecitas, a lo cual era necesario hacerle frente. Por lo que Moisés, como responsable y profeta envía a Josué a cumplir con su labor, lo envía a la lucha con la certeza, la confianza y el compromiso de que estará con su vara en alto acompañándolo. 

La lucha contra los amalecitas podemos confrontarla con la lucha de nuestra propia vida. Cuántas veces somos asediados por los problemas, sitiados por las angustias, todas las preocupaciones, situaciones que representan para nosotros la lucha del diario vivir. Y en estas situaciones también nosotros somos enviados a hacerles frente, es más, es necesario hacerles frente, es necesario someternos a esa lucha, a esa frente de batalla que significa vivir y tomar autoridad en nuestra vida y en nuestros actos.
Pero así como Josué nosotros también contamos con el Bastón  EN ALTO. 
El Bastón en alto corresponde a la oración y al poder de la oración. la confianza puesta en el Señor. Es lo que nos da la victoria en todo lo que emprendemos. Es lo que hace posible que logremos salir airosos de todas las circunstancias presentadas en nuestra vida.
El Bastón de Dios debe mantenerse en alto, así como sucedía con Moisés, que cuando bajaba los brazos la lucha se hacía más difícil y hasta inútil, más cuando se levantaba había victoria.

Esto nos demuestra que la oración, el respaldo de la oración en todas nuestras empresas, en nuestros emprendimientos, decisiones, o lo que sea que hagamos siempre surtirá el mejor efecto, siempre será una ganancia. Es más que necesario orar para ganar la verdadera vida que Dios quiere en nosotros. Sin miedos, más con eficacia, con la eficacia de la oración todo lo podemos.

Pero también podemos ver lo importante de la intercesión, lo importante del respaldo de la oración de mis hermanos. Lo grande que es saber que no estamos solos, que tal vez la lucha nos toca a nosotros, pero detrás nuestro hay hermanos que sostienen el bastón en alto en favor nuestro y que con esa oración nos sostienen, alientan y preparan para la victoria.

Y más importante aún es darnos cuenta lo precioso y valioso que representa para cada uno, en medio de la locura del mundo, orar en comunidad. Sostener ese Bastón en alto. El aporte de la oración de todos, la oración en la comunidad, asi como Aarón y Hur que sostenían los brazos de Moisés para que el bastón siguiera en la presencia de Dios, así nosotros, en comunidad orar y sostener a los demás.

El Señor nos hace este planteo: "cuando dos o más se reúnan en mi nombre para orar"... solo dos dice el Señor, imaginense una multitud, imaginemos una comunidad entera orando, imaginemos un país completo orando, sosteniendo ese bastón para que la lucha sea ganada. 
Dios responde en la comunión y eso deberíamos aprenderlo y vivirlo, como siempre decimos "la unión hace la fuerza", la comunión hace la fortaleza infranqueable que ningún enemigo puede arrebatar. Amén

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