Buscar este blog

sábado, 3 de noviembre de 2012

DIOS LO QUE QUIERE LO HACE

"SE EMPEÑA DESDE TEMPRANO POR LA MAÑANA EN BUSCAR AL ALTÍSIMO, AL SEÑOR QUE LO CREÓ; HACE ORACIÓN DELANTE DE ÉL Y LE PIDE PERDÓN POR SUS PECADOS, SI EL SEÑOR PODEROSO LO QUIERE, SE LLENARÁ DE INTELIGENCIA, LAS PALABRAS SABIAS CAERÁN DE SU BOCA Y ALABARÁ AL SEÑOR EN LA ORACIÓN..."

¡Qué importante es tener en claro que todo nos viene de Dios!

Nada, absolutamente nada en nuestra vida, viene por mérito propio. Todo nos es dado por el Altísimo, por el Dios Creador que está siempre atento para que a sus hijos los adornen sus dones y gracias.
Cada paso que damos, cada cosa que hacemos, todo depende de la voluntad de Dios. Por más que nosotros intentemos adueñarnos de sus cosas, tarde o temprano nos damos cuenta que sin Dios nada podemos hacer.

La importancia de la oración. La oración hace de nosotros seres conscientes. Nos ayuda a tomar conciencia que es Dios el autor de las maravillas que nos rodean. La oración nos hace capaces de ver en Dios la fuente y el culmen de todo nuestro trabajo, de todo nuestro esfuerzo, en definitiva, de toda nuestra vida.
Es en la oración, en ese diálogo amoroso con Dios, que descubrimos quien es Él y que hace en nosotros y a través nuestro.

Por eso es tan necesario orar, orar siempre, orar todo el tiempo, orar en toda circunstancia. Encontrarnos de corazón a corazón con nuestro Dios, depositar en Él todo lo que somos y todo lo que tenemos, disponernos en su presencia a que Él haga su obra. Y como dice su Palabra: si Él lo quiere nos llenaremos de todo lo que quiera regalarnos. Es su decisión.

Nosotros no recibimos de parte de Dios porque hacemos fuerza o porque le imponemos o damos órdenes para que Él haga; por más palabras que usemos, por más forma audaz que se nos ocurra exponer en nuestra oración, solo Dios tiene la autoridad de hacer o no hacer conforme a su santa voluntad. No es porque nosotros queremos que Dios responde, sino que responde porque Él quiere, cuando quiere y como quiere.
A veces caemos en el terrible error de pensar que Dios hace de acuerdo a nuestro beneplácito, o porque le insistimos tanto que le ganamos por cansancio. Lamento decepcionarlos: Dios responde porque tiene ganas de hacerlo... es decir, porque en su voluntad considera que está bueno hacerlo y que nos beneficia en algo. Pero siempre depende la respuesta de Dios de su querer, no de lo que nosotros queremos.
Muchas veces perdemos tiempo en nuestro encuentro con Dios pidiendo y pidiendo, y ordenando que suceda esto o aquello, y nos perdemos de encontrar la mirada amorosa del Padre que nos quiere decir ¡Aquí estoy! con la alabanza estaría muy bien!!!!

Cuando nos acerquemos a Dios, hagámoslo con confianza, con la confianza de hijos que saben que su Padre los espera; expongamos nuestras necesidades pero no nos cansemos haciendo fuerza, más bien que nuestra boca se llene de cantares y alabanzas al Dios todopoderoso que LO QUE QUIERE LO HACE!!!

AMÉN.


No hay comentarios:

Publicar un comentario